Reducción de estrés y ansiedad.

Imagínate poder sumergirte en el mar y bucear con delfines sin llegar a mojarte, pero escuchando sus sonidos y sintiéndote en contacto con ellos, mientras realizas un trabajo terapéutico. Pasear por una playa paradisiaca recorriendo la isla sin moverte del sillón o entrar en un mundo mágico de fantasía completamente imposible. Cuando nos introducimos en un entorno de realidad virtual, la situación de sugestión que se produce en nuestro cerebro, hace que éste la viva como real.

Miedos y Fobias

El miedo es una emoción caracterizada por un sentimiento intenso de estar en peligro. Aunque no siempre que sentimos miedo significa que estamos en peligro, como por ejemplo cuando vamos al cine a ver una película de miedo. Sin embargo, no deja de ser una emoción desagradable que nos lleva a sufrir y que nos puede bloquear. Nuestros miedos desaparecen conforme somos capaces de ir afrontándolos. El miedo a la oscuridad, el miedo a volar, miedo a conducir, miedo a hablar en público, a los exámenes, a las inyecciones u otros tratamientos médicos…. Son algunos ejemplos de los miedos que podemos trabajar e ir superando progresivamente con la R.V. , sin necesidad de exponernos en la vida real, de forma progresiva y amable.

Desordenes Alimenticios

Los desordenes alimenticios suelen venir acompañados por una distorsión de la percepción del propio cuerpo. La R.V. nos posibilita entornos creados para evaluar y gestionar esta distorsión de la imagen corporal y el malestar relacionado con la alimentación.

Mindfulness

Los entornos de mindfulness, además de ser visualmente atractivos, incluyen el entrenamiento y la práctica de ejercicios que integran el perdón, el control de impulsos, la liberación de situaciones dolorosas, la aceptación, la gratitud, la flexibilidad o la defusión cognitiva, etc. Acompañados de sonidos relajantes y en los cuales podemos elegir que nos guíe una voz femenina o masculina.

Variedad de Entornos

Dentro de la Realidad Virtual podemos encontrar una gran variedad de entornos.  Podemos trabajar la acrofobia o miedo a las alturas en una azotea de Barcelona o de Nueva York. Superar la agorafobia ayudándonos de entornos virtuales como un trayecto en metro, un paseo por una calle con tiendas, restaurantes, etc. Afrontar progresivamente  el miedo a la oscuridad o la claustrofobia en diferentes espacios de diferentes tamaños. Entornos que nos permiten trabajar la ansiedad social o el miedo a hablar en público, entrenando en interacciones y habilidades sociales, tanto en un bar con amigos como en un auditorio lleno de gente.